jueves, 17 de noviembre de 2011

Cáncer, una segunda oportunidad de vivir

Octubre, desde hace ya algún tiempo, se ha destacado por ser el mes en el que se le da más énfasis a la concientización de la prevención para la detección temprana del cáncer y por tanto, para que con el tratamiento en las primeras fases del mismo, pueda erradicarse y salvarse la vida de quien lo padece.

Mucho se ha dicho ya, sobre todo en esta última semana en la que el miércoles 19 se celebró el día mundial contra el cáncer de mama, de la importancia de que como mujeres -no limitándome a éste género- seamos responsables para con nuestra vida y para con nuestros hijos (si los tenemos) y familiares de realizarnos los chequeos médicos pertinentes para su correcta detección temprana. Nos enteramos por los medios de comunicación de las estadísticas y de cómo, año con año, aumenta el porcentaje de mujeres que padecen cáncer cervical y de mama (los dos tipos de cáncer que más vidas de féminas cobra alrededor del mundo) pero también de cómo, cual luz de esperanza, quienes lo han detectado en sus primeras etapas, logran con esfuerzo y con el tratamiento adecuado, salvar su vida.

No soy médico, ni mucho menos especialista en el tema, pero sé de cerca lo que significa el cáncer. Escuchar el diagnóstico, sea de uno mismo o de un familiar cercano –como fue mi experiencia-, se siente como una sentencia de muerte. Había visto y me había enterado de cómo familiares no tan cercanos iban poco a poco perdiendo la lucha contra el cáncer. Todos los hermanos de mi abuela materna fallecieron de cáncer, pero fue devastador cuando en el 2006, fue a mi abuela a quien se lo detectaron (pero no a cualquier abuela, sino a la que vivió conmigo desde que tuve uso de razón… mimamaíta).

En aquel entonces la sentencia de muerte produjo en mí una sensación de impotencia, pero más que todo, una especie de rencor hacia el mal que, en poco tiempo, había tomado el cuerpo de quien tanto amaba. En esos días también en mi tío había sido detectado el mismo mal: Cáncer. Mientras mi abuela, no pudo vencer el cáncer, llegando rápidamente a una metástasis y posteriormente al descanso final del sufrimiento que durante aproximadamente un mes la consumió, mi tío logró, no sin grandes sacrificios y múltiples visitas al oncólogo, ganar la batalla. De ahí la importancia de la detección temprana.

La prevención es el principal aliado contra esta lucha. El cáncer es una de las enfermedades de moda en un mundo donde el estrés, los malos hábitos alimenticios, el sedentarismo, tabaquismo, alcoholismo, sobrepeso y otros factores de riesgo están a la orden del día. Es primordial readecuar nuestros hábitos y prioridades si deseamos mantener nuestra salud y calidad de vida. Pero no se trata solamente de detección temprana sino de actitud. Nunca dejar de luchar.

En lo personal, no lo niego, la palabra cáncer aún me aterra, como un fantasma al acecho, pero ahora más que nunca estoy consciente de la necesidad de unirse para luchar contra él. Antes cáncer para mí significaba muerte, ahora significa la lucha para una segunda oportunidad de vida. En la actualidad son muchas las formas en que podemos ayudar y ayudarnos. Existen fundaciones en nuestro país en las cuales podemos hacer donaciones económicas, pero también de nuestro tiempo como voluntarios, podemos también en pocos segundos y aprovechando la tecnología difundir el mensaje y por qué no, obsequiarle a nuestra madre, esposa, hija, novia, etc. el costo de los exámenes, éste sería un verdadero regalo de amor.

No es un juego, hay que tomarlo muy en serio. Primero la prevención, la detección temprana y ante la enfermedad, no dejarnos vencer. Esperar se cumpla la sentencia de muerte sin luchar sería una verdadera falta de respeto a todos aquellos que han llegado hasta las últimas consecuencias venciendo así el cáncer, pero también, una falta de respeto a la memoria de quienes, murieron luchando y se convierten, con su ejemplo, en verdaderos modelos de vida. Con toda mi admiración, un merecido homenaje a todos ustedes.


Artículo publicado en www.lagacetaindependiente.com el 20 de octubre de 2011.

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